William Thomson, conocido como Lord Kelvin, y Ludwig Max Planck desarrollaron la formulación de la Segunda Ley de la Termodinámica. Lord Kelvin es recordado por su asociación con el enunciado de Kelvin-Planck, que establece que
"Es imposible que un dispositivo opere en un ciclo y produzca trabajo útil mientras opera en contacto térmico con una sola fuente a temperatura constante".
En otras palabras, no es posible construir una máquina que tome calor de una sola fuente caliente y convierta completamente ese calor en trabajo mecánico, sin dejar residuos de calor.
La contribución de Kelvin al desarrollo de la Segunda Ley fue crucial para el reconocimiento de la irreversibilidad de los procesos termodinámicos y el establecimiento del concepto de eficiencia. El enunciado de Kelvin-Planck destaca la necesidad de una fuente fría para que una máquina térmica realice un ciclo y produzca trabajo útil. Esto implica que siempre habrá una pérdida de energía en forma de calor desechado al ambiente.
La formulación de Kelvin-Planck proporcionó una base sólida para el diseño y análisis de máquinas térmicas y ha tenido un impacto significativo en la ingeniería y tecnología moderna. Lord Kelvin también hizo importantes contribuciones al desarrollo de la escala absoluta de temperatura, que lleva su nombre, la escala Kelvin. Su trabajo en termodinámica y otros campos de la física lo convierte en uno de los científicos más influyentes del siglo XIX y su legado sigue siendo fundamental en el estudio de los principios de la energía y el calor.
Qs = W
Este enunciado exige que cualquier dispositivo cíclico que produzca trabajo a partir de calor, requiere por lo menos dos fuentes de energía a diferentes temperaturas.
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